martes, 15 de mayo de 2012

SALVATIERRA-CABREIRA HISTORIAS DE. EL PUENTE DE FILLABOA




El 2 de Noviembre de 1615 se presentan ante Don Diego de Orozco, corregidor de la villa de Bayona, las condiciones dadas por Gaspar d Arce Solórzano para la reconstrucción del puente de Fillaboa, en Salvatierra de Miño, Pontevedra. El puente de Fillaboa se encuentra sobre el Rio Tea en la ribera baja del Miño, en el camino que une Tuy con Ribadavia. El origen de esta via parece ser de época romana como supone Ferreira Priegue podría tratarse de uno de los pasos de la via XX que unía Braga con Astorga.La historia del puente depende directamente de la historia de la villa. Salvatierra tuvo y tiene la característica de ser una plaza fronteriza en las proximidades del Miño, lo que le permitió jugar un papel estratégico importante. Esta particularidad convierte al puente en una pieza clave para las comunicaciones y un objetivo destacado de los enfrentamientos entre gallegos y portugueses.Los sucesivos choques obligaron a su reconstrucción en varias ocasiones y la de 1615 fue una de las que tuvieron un peso mayor. Las transformaciones posteriores que debió de sufrir dependieron directamente de la guerra contra Portugal (1640-1659).
       En 1643 se produjo la ocupación de Salvatierra. El ejercito mientras no se terminaba el fuerte de Santiago de Aytona, en las proximidades del Tea, configuró una serie de fortificaciones alrededor del puente que cortarían el paso del ejército portugués hacia Tuy. Estas noticias entresacadas ponen de manifiesto la importancia de la construcción. La fábrica actual no conserva indicios de la época romana. Se trata de un puente de cuatro arcos y rasante muy levemente alontada, con una longitud total aproximada de unos 75 metros y un ancho comprendido entre 4,20 y 4,70 metros. De los cuatro arcos, el central es de directriz circular, mientras que los tres restantes presentan una forma apuntada, destacando el de la margen izquierda.
   El documento con las condiciones de Gaspar de Arce habla de un puente con cinco arcos en lugar de cuatro, de ellos el central es de 35 pies de alto y los laterales de 24 y 12 pies respectivamente, y dos arquillos para desaguar junto a la calzada vieja que lleva a la villa. Aguas abajo,, en los cuatro pilares centrales se habrían de colocar cuatro estribos con " Punta tusa y triángulo para que corten y desvíen la fuerza del agua" y aguas arriba otros tres estribos de las mismas características. Sobre ellos se dispondrían diez desvíos para facilitar el paso de los carros y las gentes. La obra se completaría con la reconstrucción de la calzada y la edificación de los paredones aguas arriba y aguas abajo
En el contrato se estipula que tanto los frontis de los arcos como los estribos y los lados del puente han de ser de cantería nueva o reaprovechada lo que justificaba que en las dovelas de los arcos de acceso se aprecie un despiece diferente. Toda la construcción debía ser de buena piedra de perpiaño sin que se utilizase ni barro ni cantos.
  El costo de la obra se elevaría a 1.500 ducados, pagados en quintas partes.
  Gaspar de Arce Solórzano es, en estos momentos, aparejador de la Catedral de Santiago y estaba al frente de las obras de la capilla de San Jacinto, en el convento de Santo Domingo. Es posible que estos encargos junto a su estado de salud le obligaran a confiarle la obra del puente a Domingo Alvarez, aparejador de San Martín Pinario, que debió ejecutarla según sus trazas.





Bibliografia: Juan de Herrera Y Su Influencia: Actas Del Simposio, Camargo, 14-17 Julio 1992 Escrito por Miguel Ángel Aramburú-Zabala Higuera,Javier Gómez Martínez,Fundación Obra Pía Juan de Herrera,Universidad de Cantabria

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